Enfermedades y culpas

“…¿por qué si mi mamá es una buena persona?...” Extracto del relato de vida de Marilia González. Trabajo de Grado sobre los cuidadores primarios en pacientes oncológicos; Moreno y Torres (2014)

El boletín positivo de esta semana sé que es algo controversial, sin embargo, quisiera compartir con ustedes mi reflexión sobre el tema de las enfermedades, debemos preguntarnos las causas de éstas, por ejemplo, algunas de las preguntas que surgen pudieran ser: ¿son producto de nuestra mente?, ¿son producto de nuestro temores, miedo, tristezas?, ¿son un castigo divino?, ¿son una consecuencia de una tierra que ya está contaminada, empresas que irrespetan al ambiente?, ¿de la venta irresponsable de cualquier químico dañino para nuestro cuerpo, que nosotros no dejamos de consumir? O tal vez de ¿algún defecto genético?

 Piense por un momento si todo las enfermedades fueran producto de la mente, cree usted que  la OMS (organización mundial de la salud) y otras organizaciones sin fines de lucro, se encargaran de concientizar sobre la contaminación galopante por grandes empresas, creo que simplemente harían campañas educativas para estar siempre contentos y que de esta manera la contaminación no nos afecte, porque enfermarnos sería cuestión únicamente del estado emocional.

 Desde épocas antiguas se le ha atribuido a Dios padre amoroso ser el causante,  el que imparte como un castigo las enfermedades, y yo me pregunto: ¿usted cómo padre le daría como castigo a su hijo una enfermedad? ¡No, verdad!;  Dios tampoco lo haría. Algunas religiones se encargan de atemorizar a sus creyentes bajo la amenaza de un Dios cruel, vengativo, quien ha leído la biblia sabe que nuestro padre es un Dios de amor.

Los seres humanos ciertamente somos responsables de muchas acciones en contra de nosotros mismos, hablamos de un mercantilismo con la salud, contaminaciones,  el estrés, etc. Las enfermedades están a la orden del día, a todos nos tocará en algún momento vivirlas, y eso no está mal,  una fiebre en nuestro cuerpo es indicativo que nuestro organismo reacciona con defensa ante infecciones. Por lo tanto,  es triste escuchar las acusaciones que la gente genera cuando alguien enferma, y comienzan a hacer diagnósticos absurdos sobre los estados emocionales, cuando nosotros realmente no conocemos el mundo de la otra persona, una enfermedad puede ser contraída, pero también puede ser congénita.

Si estamos enfermos no se trata de ser buenos o malos, conozco gente excepcional con cáncer, conozco gente muy mala que no se enferma, hacen referencia al refrán  “hierva mala nunca muere”; tampoco creo que se debe únicamente a nuestro estado de ánimo, porque conozco gente que necesita de sustancias toxicas o el alcohol para reír y aparentemente esta gente tampoco se enferma físicamente; ni tampoco se debe a estados de conciencia, mucha gente hace las cosas y no le genera ningún remordimiento.

Debemos aceptar las enfermedades como parte de la naturaleza, de un mundo contaminado, dañado, lleno de estrés (el cual sí creo hace daño),  y no como castigo divino o producto de nuestra mente; ciertamente el estado de ánimo influirá en cómo vamos a asumir la enfermedad, las ganas con que vamos a echar para adelante.

Hoy en día mucha gente calla las enfermedades por miedo a ser señalados, se sienten culpables y entran en estados depresivos, pues no es así, no debes sentirte culpable, arriba el ánimo y no te responsabilices, pregúntate ¿cómo puedo superar lo que estoy viviendo? toma acciones y concretízalas. 

No eres culpable, pero si responsable de los cuidados que le ofrezcas a tu salud. Sin desestimar los efectos del estrés en nuestro organismo, sin obviar que existen personas que son hipocondriacas; no podemos andar por la vida arremetiendo verbalmente o diagnosticando a todas personas por igual, gente que vemos siempre activas y se enferman, no es precisamente porque su alma está mal. Ahora en caso de depresiones constantes ¿se puede enfermar una persona? claro, pero hoy mi artículo está dirigido a personas sanas, hoy hablamos de personas sanas emocionalmente.

¿Qué hacer cuando alguien le cuenta que siente una enfermedad? Escucha con atención y ofrezca apoyo, palabras de aliento y oraciones de curación, en vez de ofrecer unos diagnósticos infundados por creencias superfluas.   


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